Situado entre llanuras y colinas, el municipio posee un rico patrimonio. Destacan el molino de agua del siglo XVI, la iglesia de Saint-Michel con su magnífica Cruz de la Pasión forjada en 1775 y el castillo del siglo XVII (route de Laffite).
El pueblo cuenta con una ruta de senderismo llamada «Tour du village», cuyo punto de partida se encuentra frente al ayuntamiento, en el centro del pueblo. Desde junio de 2016, este sendero se ha mejorado con paneles de información entomológica. Una buena manera de descubrir el mundo de los insectos y las especies arbóreas durante un paseo. También merece la pena visitar la fábrica de ladrillos Barthe, en funcionamiento desde el siglo XIX.