Rue du Vieux Martres

La rue du Clocher bordea las murallas del antiguo priorato. A la izquierda y a la derecha, se ven algunas casas muy antiguas que ahora han sido renovadas. Al fondo, la aguja de nuestro campanario restaurado y la antigua torre de la primera iglesia de Martres.

En la rue du Vieux Martres, a la derecha, las casas que dan a la calle albergaban pequeños oficios como hilanderas de lino y lana, un fabricante de zuecos, un fabricante de clavos, un fabricante de mechas para lámparas de aceite y un vendedor ambulante que acudía a ferias y mercados y vendía almanaques, encendedores y cerillas.

Después de la rue du Clocher, en esta pequeña plaza a la izquierda, estaba el horno comunal o cuatro banales. La gente esperaba en esta plaza su turno para ser servida. En la época feudal, los hornos eran un privilegio concedido por el Señor, que cobraba un impuesto por cada cocción, conocido como «la banalité» (de ahí el nombre de «four banal»). Entre el siglo XVII y la Revolución Francesa, los hornos eran propiedad de los monjes, que se encargaban de su funcionamiento. Antiguamente, el pan se entregaba a los pobres (el pan era muy importante en aquella época, era un bien vital). Más tarde, la proliferación de panaderías en los municipios y la facilidad de transporte fueron sustituyendo el uso de los hornos de pan, salvo en las aldeas más aisladas.