El pueblo está situado entre dos ríos: el Touch y el Saverette, que le da nombre. Los orígenes del pueblo se remontan a principios del siglo XII, cuando era una Sauveté fundada por los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
Savères posee un magnífico patrimonio arquitectónico, como la iglesia de Saint-Barthélémy, del siglo XIX, y el castillo, del siglo XIV.
La ruta de senderismo (alrededor del lago de Savères) es muy agradable y de fácil acceso.